Teniente general Lic. Bernardo Santana Páez Vida y trayectoria.
Unas de cal…
Carta al jefe de la Policía
VICTOR MENDEZ
Lo más probable es que las cartas y mensajes que ha recibido por estos días el mayor general Bernardo Santana Páez, o por lo menos la mayoría de ellos, han sido para felicitarle por su designación en la jefatura de la Policía.
Sin embargo, más que felicitarlo quisiera advertirle sobre los riesgos a que lo someten sus nuevas responsabilidades, y compelirlo a hacer en la Policía la buena gestión que muchos esperamos de él.
Creo que el mayor general Santana Páez llega a esa posición en buen momento, a pesar de que la jefatura de la Policía es por estos días un cargo difícil de desempeñar si quien la ostenta no se conforma con el rol de simple mandadero.
El tiene la capacidad, basada en su acentuada preparación y en la experiencia, además de reciedumbre moral y fuerza de carácter, para hacer lo que es necesario hacer en la Policía, una institución en la que hizo carrera recorriendo palmo a palmo el escalafón en base a méritos, desde el puesto más humilde de hasta el de mayor relevancia.
Es de los pocos que han llegado a la jefatura de la Policía sin haber dado saltos de esos que propicia con frecuencia el interés político para agenciarse adhesiones y compromisos que luego se manifiestan en beneficios a particulares y en componendas para asegurarse impunidades.
O sea, creo que el mayor general Santana Páez ha llegado a la cúspide de la Policía sin ataduras que pudieran impedirle asumir a plenitud la responsabilidad de su cargo y eso es bueno para él y para la sociedad en su conjunto.
Al nuevo jefe de la Policía se le atribuye la condición de “civilista” o “académico”, como dicen ahora a los oficiales preparados y comprometidos con el respeto de los derechos ciudadanos.
Se dice también que es de la misma línea que su antecesor, el mayor general Manuel de Jesús Pérez Sánchez, y que por eso no se debe esperar mucho de él.
Sin embargo, me cuento entre los que creen que el mayor general Santana Páez tiene a su favor el hecho de haber sido testigo directo de los aspectos en los que su antecesor falló para no repetirlos.
Siendo de la misma escuela o de la misma línea, probablemente los hombres mejor preparados académicamente en la Policía, creo que el nuevo jefe de esa institución debe mantener vigentes las medidas que le dieron resultados positivos al mayor general Pérez Sánchez, y dejar sin efecto las que no surtieron el efecto buscado, aunque con ello hiera suceptibilidades.
El mayor general Santana Páez no debe permitir que su rostro afable, su fino trato y su gentileza característica sean confundidos con carencia de fuerza de carácter, porque lo cortés jamás deberá desplazar la valentía.
El tiene la obligación de alcanzar el éxito en la jefatura de la Policía, y sólo podrá lograrlo garantizando la seguridad ciudadana y el respeto a la propiedad pública y privada, sin reparos o contemplaciones a la hora de perseguir y arrestar al delincuente.
Es verdad que los derechos humanos deben ser respetados por el accionar policial, aunque sin llegar a la irresponsabilidad de rehuir la persecución y captura del criminal porque dizque ésta tiene que ceñirse a normas estrictas de respecto de unos derechos que el delincuente no respeta a nadie.
Frente al crimen es necesaria la actitud firme de la Política y el general Santana Páez debe saber que con teorías no logrará llevar a cabo una jefatura exitosa.
Para eso tendrá que hacer valer su fuerza de carácter, dejando claro que su rostro de hombre bonachón no le impedirá actuar con la firmeza que requiera cada una de sus decisiones.
Puede apostar a que si así lo hiciera, podrá contar con la comprensión y el respaldo de la ciudadanía, que necesita volver a sentirse segura.
Trascripción del artículo publicado en el periódico El Nacional, “Opinión”, Domingo 28 de agosto de 2005, Página 13.
